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Cada verano, Benalmádena se llena de vida, risas y nuevos idiomas. Nuestro campamento de verano es mucho más que unas semanas de clases: es un crisol de culturas, amistad y descubrimiento, donde jóvenes de todo el mundo llegan con ilusión para vivir una experiencia única.
La llegada: nuevas familias, nuevos comienzos
Todo comienza en el aeropuerto, donde nuestro equipo recibe con una sonrisa a cada estudiante. Desde allí, los acompañamos hasta la escuela, donde sus familias de acogida los reciben con cariño y los hacen sentir en casa desde el primer momento. Esa primera noche es el inicio de una gran aventura.
Primer día: conocer, aprender y orientarse
El primer día es especial. Después de un test de nivel para conocer sus conocimientos de español, los alumnos se integran en grupos adecuados a sus capacidades. Las clases comienzan con energía y entusiasmo, y muy pronto hacen nuevos amigos que comparten su misma pasión por aprender.
Pero la escuela no es solo un aula. Hacemos un tour orientativo por Benalmádena, mostrando sus calles, plazas y rincones mágicos, para que cada alumno se sienta parte de esta comunidad desde el primer momento.
Las mañanas: inmersión total
Cada mañana comienza con un desayuno casero en familia, al estilo andaluz, lleno de sabor y calidez. Luego, los alumnos asisten a clases de español dinámicas y participativas, donde aprender no es solo estudiar, sino vivir y experimentar el idioma en cada momento.
Tras las clases, ofrecemos actividades culturales que enriquecen la experiencia, como talleres de flamenco. Estos no solo enseñan a mover los pies al ritmo apasionado, sino que también invitan a los participantes a conectar con la música, la emoción y el alma profunda de Andalucía, sumergiéndose en una tradición llena de historia y sentimiento.
Comida fresca, sabrosa y saludable
A mediodía, tras las clases, todos disfrutan de un buffet caliente recién preparado en la escuela. El menú incluye platos variados y equilibrados, con opciones veganas, vegetales frescos, frutas de temporada y productos locales de calidad.
Cada día se ofrece comida casera y sabrosa, pensada para alimentar bien y adaptarse a distintos gustos y necesidades. Comer bien es también parte fundamental del bienestar del estudiante, y en nuestro campamento lo cuidamos con esmero.
Además, cada semana preparamos una paella especial que se ha convertido en toda una tradición del campamento. Elaborada al estilo típico, con ingredientes frescos y mucho mimo, la paella reúne a todos en un ambiente festivo y familiar. Es un momento para saborear la cocina española y compartir mesa entre risas, fotos y buenos recuerdos.
Tardes de aventura, diversión y descubrimiento
Las tardes en nuestro campamento son un estallido de energía, emoción y variedad. Después de una mañana intensa de clases y cultura, llega el momento de salir al aire libre, moverse, reír y descubrir todo lo que Andalucía tiene para ofrecer.
Cada día está lleno de actividades diferentes, pensadas para que los alumnos vivan nuevas experiencias mientras siguen practicando el idioma de forma natural. Algunas tardes nos esperan en la playa, donde practicamos deportes como vóley, fútbol o simplemente nos relajamos con juegos y baños en el mar. Otras veces, nos desplazamos a El Chorro, uno de los entornos naturales más bonitos de la región, para disfrutar de una jornada de kayak entre montañas y aguas turquesas.
También visitamos pueblos con encanto como Nerja, Mijas o Málaga, lugares donde historia, arte, gastronomía y belleza natural se mezclan en cada rincón.
Durante todas estas actividades, nuestros monitores están siempre presentes, acompañando a los alumnos, organizando los grupos, animando a participar, y asegurándose de que cada experiencia sea divertida y, sobre todo, segura. Son una pieza clave en la convivencia y en el ambiente de confianza que se respira en el campamento.
Cada tarde es única. No hay dos días iguales, porque cada actividad trae consigo una nueva experiencia, una nueva risa, una nueva historia. Ya sea superando un reto en grupo, descubriendo un rincón mágico de Andalucía o simplemente compartiendo una charla en el autobús de vuelta, cada momento cuenta.
Noches activas y deportivas
Al terminar el día, tras una cena tranquila en casa, los lunes y miércoles algunos aún tienen energía para más: fútbol, baloncesto y otros deportes en el polideportivo, compartidos con sus compañeros y supervisados por monitores. Un momento perfecto para reforzar amistades mientras se mueven y se divierten. La risa compartida, la competición sana y el juego en equipo crean vínculos que trascienden idiomas y fronteras.
Viernes de logros y emociones: graduación y despedida
El viernes es un día muy especial. Por la mañana, tras su última clase, celebramos la ceremonia de graduación, donde entregamos los certificados de participación y felicitamos a cada alumno por su esfuerzo, evolución y entusiasmo. Es un momento de orgullo, de fotos, aplausos y emoción compartida entre profesores y estudiantes.
Por la tarde, llega nuestra fiesta de despedida: música, snacks, risas y miradas cómplices llenan el ambiente. Profesores, alumnos y monitores comparten anécdotas, agradecimientos y abrazos en un ambiente de alegría y confianza. Es un broche de oro perfecto para una semana llena de momentos inolvidables.
Y para terminar, sábados de excursión...
Los sábados son días especiales: nos lanzamos a descubrir las joyas más emblemáticas de Andalucía. Granada con su imponente Alhambra, Córdoba y su majestuosa Mezquita, Sevilla con su arte, su historia y su alma flamenca. Cada excursión es una ventana abierta a la riqueza cultural del sur de España, y nuestros alumnos la viven con los ojos bien abiertos, la cámara en mano y el corazón curioso. Son jornadas intensas, emocionantes, llenas de descubrimientos y momentos que se quedarán grabados para siempre.
...y domingos de despedidas
Y entonces llega el domingo. El día más silencioso y emotivo de la semana. Es el momento de las despedidas, de los abrazos largos, de las promesas de “nos volveremos a ver”. Acompañamos a nuestros alumnos al aeropuerto, sabiendo que vuelven a casa transformados: con la maleta cargada de recuerdos, con muchas más palabras en español y con amistades que, en solo unas semanas, se han convertido en parte de su historia.
Porque en Benalmádena, el verano no es solo sol y playa. Es aprendizaje, emoción, crecimiento. Es una experiencia que deja huella, que despierta pasiones y que marca una etapa inolvidable. Para nosotros, como equipo, es un privilegio enorme acompañar a tantos jóvenes en este viaje. Y cada julio, cuando todo vuelve a empezar, lo hacemos con la misma energía, el mismo entusiasmo y el mismo cariño de siempre. Porque cada alumno que llega, escribe una nueva página en esta gran aventura llamada Maravillas.